Por falta de trámite, se hundió el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur.
Esta iniciativa, que estaba en su tercer paso del trámite legislativo, ya había sido aprobada en comisión y Plenaria del Senado de la República. Sin embargo, en la época de sesiones que está por terminar, su discusión fue aplazada constantemente y la votación no se llevó a cabo.
Conocedores del tema señalan que, ante las dudas que aún manifestaban algunos empresarios con relación al pacto comercial, el Gobierno reconoció que no había ambiente para su aprobación.
Telésforo Pedraza, presidente de la comisión segunda de la Cámara de Representantes, señala que "algunos parlamentarios y miembros del Gobierno pidieron que antes se hicieran otros tipos de consideraciones y de análisis respecto del impacto que podría tener ese TLC, de tal manera que hubo razones de diferentes índole y esperamos que el Gobierno lo vuelva a presentar después del 20 de julio".
Como se sabe, este ha sido uno de los acuerdos con mayor oposición entre el sector privado colombiano. El principal detractor de este tratado ha sido el grupo Proindustria, del cual hacen parte sindicatos de trabajadores, autopartistas y fabricantes de electrodomésticos, que ven en el acuerdo con los asiáticos una amenaza para la producción nacional.
El acuerdo ya fue aprobado en Corea del Sur y por eso, el Gobierno colombiano deberá presentarlo nuevamente en la próxima legislatura. Como se recuerda, este TLC fue firmado en febrero del año pasado, con el objetivo de que Corea se convirtiera en la puerta de ingreso preferencial para los productos colombianos al mercado asiático.
Corea, con casi 50 millones de habitantes, actualmente demanda petróleo, flores y café colombianos. Por eso, la meta a mediano plazo es que más productos nacionales puedan encontrar clientes en el país asiático.
Igualmente, se busca que cada vez más empresas coreanas vengan a invertir al país.
"Como en los TLC siempre hay ganadores y perdedores. Gran parte de la columna vertebral era el sector agrícola. Rodos los gremios expresaron que este era el mejor TLC negociado por el Gobierno y el que más iba a beneficiar a los agricultores en razón a que Corea es un gran importador de alimentos con 23.000 millones de dólares al año. Los que se veían afectados eran los empresarios del sector de autopartes", puntualiza Pedraza.