Los ferrocarriles en Colombia y su impacto en la competitividad

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La forma más económica hoy de transportar grandes volúmenes de mercancías es el ferrocarril.

En el libro V de La Riqueza de las Naciones, Adam Smith incluye las obras públicas dentro de las actividades que le corresponden al Estado, pues es difícil para la iniciativa privada desarrollarlas y obtener el beneficio correspondiente, pese a que contribuyen a incrementar el comercio entre sus ciudadanos. 

Las vías de comunicación física son una de las principales formas de facilitar el comercio y tienen mucho que ver con la competitividad del país que no es otra cosa que la de las empresas. Si los mercados son más amplios, las economías de escala permiten que las empresas produzcan cantidades superiores a menores costos unitarios. 

Rezago en logística
Las vías de comunicación forman parte de lo que hoy se denomina logística: "la capacidad de optimizar tiempos y costos de transporte, almacenamiento y distribución". 

El Informe Nacional de Competitividad 2012-2013 señala que en el índice de desempeño logístico del Banco Mundial, Colombia ocupaba el puesto 64, por debajo de Chile, Brasil, México y Perú. Pero, según el Informe 2013-2014, pasamos al puesto 97 y ahora estamos también por debajo de Panamá y Ecuador. 

Dentro del índice, el componente de menor calificación corresponde en nuestro caso a la calidad de la infraestructura, rubro en el cual Colombia ocupó el puesto 117 entre 148 países, y el puesto 15 entre los latinoamericanos. 

El rol del ferrocarril
La forma más económica conocida de transportar grandes volúmenes de mercancías es el ferrocarril. La integración del Este y el Oeste en Estados Unidos se logró con la construcción de una vía férrea. Medellín tuvo conexión ferroviaria con Puerto Berrío, lo que permitía el transporte bimodal de carga desde y hasta Barranquilla. Colombia tuvo ferrocarriles, pero fueron declinando hasta casi desaparecer sin que los gobernantes, que no entendieron su importancia, se percataran de ello. La empresa misma, Ferrocarriles Nacionales de Colombia, desapareció en 1991. 

En el anterior período de gobierno se dieron pasos importantes para enfrentar esa situación: la creación de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y la expedición de la Ley de Alianzas Público-Privadas (1508 de 2012). Condiciones necesarias pero no suficientes para recuperar los ferrocarriles.

Hace un año el director de la ANI, señalaba en un artículo de prensa como de un total de 3.300 kilómetros de vías férreas sólo 700 estaban en funcionamiento. Anunciaba también la adjudicación de licitaciones públicas para "rehabilitar los corredores del Ferrocarril Central, de La Dorada, en Caldas, a Chiriguaná, en el Cesar, y de Bogotá a Belencito en Boyacá". Sin embargo, el último Informe Nacional de Competitividad señala como no cumplidos o sin avances significativos, la identificación de los corredores a rehabilitar y a construir, para conectar el sistema ferroviario central y la red del Pacífico, así como la rehabilitación de los corredores afectados por la ola invernal (Bogotá-Belencito y La Dorada Chiriguaná). 

Los colombianos estamos a la espera de mejores noticias acerca de la rehabilitación de las vías férreas existentes, así como de la construcción de otras que permitan abaratar el transporte de mercancías, tanto internamente como en nuestra vinculación con el mundo.

*Docente Universidad Eafit

Fuente: 
El Colombiano

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031 – 2022

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