Para buscar distintas alternativas que tiendan a mejorar la movilidad y el medio ambiente en la capital del país, la Administración propone cobrar una tasa a los vehículos que ingresen a sectores de la ciudad donde el tráfico es imposible.
En el marco de la Reforma Tributaría que estudia el Concejo de Bogotá, está el capítulo para implementar un esquema de tasa por uso de áreas de alta congestión que se cobrará por la circulación dentro, hacia o desde las áreas definidas. En un principio serían entre la carrera 7º y Autopista Norte y las calles 72 y 116.
Como sujetos de este cobro estarían los propietarios y conductores de los vehículos particulares, servicio público individual de pasajeros, servicio oficial, transporte de carga y transporte especial que transiten o crucen por las áreas determinadas.
Por otra parte, quedarían exentos los vehículos impulsados por motores de cero emisiones, vehículos de emergencias, vehículos de personas con discapacidad física, entre otros.
Anticipándose a la aprobación del cobro, la Administración distrital se encuentra diseñando un proceso pedagógico con enfoque diferencial dirigido a los diferentes núcleos poblacionales involucrados, que permita divulgar los aspectos técnicos y las implicaciones jurídicas y tributarias de la iniciativa, además de generar un proceso participativo para construir los detalles propios de su implementación.
Según el Distrito, en este momento lo que está planteado ante el Concejo de Bogotá es la opción de viabilizar el hecho de tener una tasa, pero la construcción de un proyecto de cobros por congestión toma un tiempo mayor y requiere, adicional al soporte de los estudios técnicos, de la participación activa de los distintos sectores de la sociedad como comunidad, universidades, gremios, entre otros para construir un proyecto de ciudad que posteriormente se presente al Concejo para su trámite de aprobación.
Este otro proyecto debería contener aspectos como:
· Determinación de las áreas de alta congestión, horarios y fechas de aplicación.
· Posibilidad de incorporación y uso de dispositivos a bordo de los vehículos que permitan la identificación y recaudo electrónico.
· De acuerdo con los estudios del caso, la determinación de si el procedimiento para la implementación de la tasa será realizado por la Secretaría de Movilidad o a través de terce con base en la utilización de medios técnicos y electrónicos que permitan monitorear el ingreso, egreso y circulación dentro de las áreas.
· Esquema de cobro y sanciones a los usuarios.
Beneficios ambientales
Con la implementación de la iniciativa, la ciudad y en particular la zona de intervención se beneficiará en:
· Con un mejoramiento sustancial de la calidad del aire.
Avances en términos de adaptación al cambio climático.
· Se generará un proceso de apropiación ambiental del territorio.
· Se reducirán los efectos de isla de calor.
· Se contribuirá a mejorar la función hedónica del paisaje.
Las bases para que una ciudad en Colombia pueda implementar un esquema de tasa por uso de áreas de alta congestión se plantean en la Ley 1450 de 2011, mediante la cual se autorizó a los entes territoriales para adoptar este tipo de tasas cuando se tuvieran más de 300.000 habitantes como una medida de administración de la demanda de viajes para mitigar el impacto de la congestión y la contaminación urbana, y el Distrito Capital, además de contar con un número mayor de habitantes, también cuenta con otras condiciones.
Uno de los principales argumentos es la mitigación de la congestión porque tiene relación directa con el uso eficiente del vehículo particular, optimización del espacio que utiliza en la infraestructura y de su capacidad para transportar personas.
En la situación actual de la movilidad se puede decir que si se agruparan todos los vehículos particulares que en un día típico circulan en la ciudad, estos ocuparían un espacio equivalente a 1.000 canchas de fútbol o 6.853 kilómetros si se ubicaran uno detrás de otro, caso diferente al agrupar los vehículos articulados que se usan en un día típico en la ciudad, los cuales ocuparían un área de alrededor 6 canchas de fútbol o 31 kilómetros si se ubicaran uno detrás del otro.
Lo anterior reitera la necesidad de adoptar medidas para racionalizar el vehículo particular y potenciar el transporte público para poder explorar esquemas de gestión de tráfico más sostenibles.