Participan por concesión vial de $1 billón empresas de España, México, Israel y Colombia.
La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) adjudicará este miércoles el proyecto Perimetral Oriental de Cundinamarca, que conectará el oriente del departamento con el norte del país, atravesando siete municipios sin tener que entrar a Bogotá.
“Con la vía perimetral, los camiones de carga que vayan al norte del país dejarán de pasar por toda la avenida Caracas o por la Boyacá”, indicó el presidente de la ANI, Luis Andrade.
En la licitación compiten cuatro consorcios, integrados por firmas de España, México, Israel y Colombia, entre ellos están OHL Concesiones, Autopista Perimetral de Cundinamarca, Infraestructura Vial de Colombia y Shikun & Binui-Grodco.
La puja estará entre la española OHL, que participa sin socio; el grupo del ingeniero Menzel Amín, conformado por Valorcon, la barranquillera Equipo Universal y los españoles de Ortiz; el consorcio de los Solarte con los mexicanos de Conoisa, Estyma y Latinco, y la estructura plural de la israelí Shikun & Binui y los santandereanos de Grodco.
Cuando la obra esté concluida, se espera que los tiempos de viaje se acorten en más de una hora.
El proyecto tiene una longitud de 153 kilómetros y contempla inversiones previstas en 1,07 billones de pesos.
Para complementar la funcionalidad del corredor y favorecer la movilidad local, se incluyen las vías transversales intermedias El Salitre-Guasca-Guatavita-Sesquilé, Los Patios-La Calera y límite con Bogotá-Choachí.
“La nueva carretera será ampliada para convertirse en una doble calzada que conectará Boyacá y Meta atravesando Cundinamarca”, dijo Andrade.
Partiendo desde Cáqueza, la obra pasará por Ubaque, Choachí, La Calera, Guasca, Sopó y Briceño.
En Sopó, además de la rehabilitación, se harán carriles para bicicletas y el acceso a La Calera seguirá siendo por la calle 85. El cambio de la Calera es hacia Cáqueza, en el sur. Hace un año, Andrade puntualizó que si se compara con el trazado inicial, no hubo cambios, “cada tramo costará 45.000 millones de pesos y tendrá un peaje para hacerle mantenimiento a la vía”.
¿MÁS CASAS EN LOS CERROS?
La preocupación de algunos expertos es que con este proyecto vial se urbanice el valle del Sopó.
También hay preocupación también por el impacto que el corredor pueda tener en el costo de la tierra y como factor de desarrollos urbanísticos que seguramente surgirán una vez concluido.
Es bien conocido que los cerros tutelares de la capital se han convertido en polo de atracción para nuevos complejos habitacionales y asentamientos humanos.
Ante esas inquietudes, el presidente de la ANI respondió que “las decisiones del uso del suelo son de los municipios y sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT). De todas formas, no veo el problema a que haya más turismo, más industria, más vivienda, ¿cuál es el problema con el progreso?”.