Los altos crecimientos de la economía colombiana, como el del primer trimestre del 2014 (6,5 %), fueron pasajeros, y ahora las apuestas cada vez son más discretas, como la revelada ayer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (Cepal), que revisó a la baja el pronóstico de expansión del país en el 2015 y lo pasó del 4,3 por ciento estimado en diciembre a 3,6 por ciento ahora.
Si bien la revisión a la baja es común a la mayor parte de los países latinoamericanos y a todas las naciones emergentes que están siendo impactadas por el deterioro significativo de las condiciones externas de las cuales dependen, el panorama en Colombia empieza a ser inquietante.
Esto, debido a que, por lo general, son los gobiernos los más optimistas con el crecimiento, pero el propio presidente Juan Manuel Santos, durante una entrevista en la emisora La F.M., confirmó este martes una nueva reducción en el pronóstico oficial: desde un rango de 4 a 4,5 por ciento previsto a comienzos de año, a uno entre 3,5 y 4 por ciento.
Para el mandatario de los colombianos, “vamos a seguir creciendo más que cualquier país de América Latina”. “Creo que de todas formas vamos a crecer por encima del 3 y medio, ojalá cercano al 4 por ciento, que en esta coyuntura eso es un gran crecimiento”, agregó.
Sin embargo, en los pronósticos presentados por la Cepal, el crecimiento previsto para Colombia es el cuarto en Suramérica, tras Bolivia (5%), y Paraguay y Perú (4,2 %), y es el octavo entre 20 economías de América Latina.
En la nuevas perspectivas de la Cepal, Colombia, junto con Argentina y Panamá, están entre las naciones a las que el organismo internacional más le baja la expectativa de expansión. Así, en conjunto, la Cepal prevé que la economía de la región solo crecerá uno por ciento, mientras que en los pronósticos de diciembre pasado estimaba que el resultado total sería de 1,5 por ciento.
Otro de los vecinos de Colombia, Chile, tendrá un crecimiento de 3 por ciento, el cual se mantiene inmodificable desde la proyección anterior de la Cepal.
Entre tanto, fue revisada a la baja la proyección para Brasil, desde un 1,3 por ciento a una cifra negativa (–0,9 %). Ecuador pasa de 3,8 a 3,5 y Bolivia, de 5,5 a 5 por ciento.
La caída más estrepitosa en las perspectivas de la Cepal está por el lado de Venezuela, uno de los socios comerciales más cercanos al país, del cual se esperaba una caída de 1 por ciento y ahora pasa a una de 3,5 por ciento.
La Cepal, entre otras causas, le atribuye la desaceleración de la economía en la región “al fin del llamado superciclo del precio de los bienes primarios, lo que afecta negativamente a varios países de la región”.
En el mismo sentido, los analistas económicos del Grupo Bancolombia señalan que “las economías emergentes parecen haber perdido su brillo”. Hasta hace poco fueron consideradas el motor del crecimiento global.
Después de la reducción en la perspectiva de crecimiento para el país, del Fondo Monetario Internacional (FMI), que la trajo desde un 4,5 por ciento a un 3,8 por ciento, los demás organismos y analistas han seguido la misma ruta.
Emisor, más prudente
Inclusive, el pasado 20 de marzo el Banco de la República dijo, tras la reunión de los integrantes de su junta directiva, que la economía colombiana solo podría crecer 3,6 por ciento o menos si continúan debilitándose los principales indicadores que empujan la producción del país.
De acuerdo con los analistas económicos de Bancolombia, las economías de los países en desarrollo, después de haber gozado de perspectivas más optimistas, “hoy están afectados por la desaceleración económica, la desvalorización de sus monedas y otros activos financieros, y la mayor acumulación de riesgos que incrementan la vulnerabilidad ante choques externos”.
Los expertos agregan que el deterioro de las condiciones externas ha afectado con particular intensidad las cotizaciones de las monedas, incluyendo el peso colombiano.
El alto precio del dólar viene respondiendo, desde el año pasado, a la prevista alza de las tasas de interés del banco central en Estados Unidos, a lo que se le suma, en el caso específico de Colombia, las bajas del precio del petróleo que presionan al alza la divisa al esperarse menos entradas de la moneda estadounidense.
El pasado lunes, el gremio de instituciones financieras de Colombia, Anif, junto con Corficolombiana (banca de inversión), realizó un sondeo macroeconómico entre analistas de los mercados y halló “un desinfle con respecto a las expectativas de crecimiento económico del 2015, que es más visible a medida que avanza el año”.
Según la investigación de Anif, “un 75 por de los encuestados pensaban ya que la tasa representativa del mercado (el precio oficial del dólar) alcanzaría un nivel de devaluación de entre 10 y 20 por ciento, llegando incluso a niveles de 2.400 pesos por dólar”
Anif fue otra de las entidades que bajó su proyección de crecimiento de Colombia, de un rango de 3,8-4,3 por ciento, a uno de 3-3,5 por ciento, es decir, menor al de la nueva expectativa del Gobierno.