La propuesta del Ejecutivo de pagar recargos nocturnos desde las 8 p.m. beneficiaría a cerca de 5,3 millones de trabajadores formales.
Luego de que el ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, durante la reunión de la Comisión de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, propuso ayer a los empresarios y a los sindicatos resucitar el pago de horas extras, ahora a partir de las 8 de la noche, gremios y académicos le salieron al paso al Ejecutivo rechazando la iniciativa ya que, según señalan, se vería afectada la rentabilidad de las empresas. Algunas centrales obreras dan su aval a esta idea ya que, argumentan, la generación de nuevos puestos de trabajo no se vería perjudicada.
Garzón explicó durante la reunión de la Comisión que “el recargo y las horas extras no se toman en cuenta para el ingreso base de la cotización para el pago de aportes a las cajas de compensación”. Esto quiere decir que las empresas harían sus aportes teniendo en cuenta una jornada diurna —que hoy día comienza a las 6 a.m. y termina a las 10 p.m.— que pasaría a ser de 6 a.m. a 8 p.m. (esta reducción fue una de las promesas de campaña del presidente Juan Manuel Santos).
La propuesta beneficiaría a cerca de 5,3 millones de trabajadores formales (de un total de 21 millones de activos) que cuentan con seguridad social en pensiones, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).
Rafael Mejía López, presidente del Consejo Gremial Nacional (CGN), señaló al ministro de Trabajo y a las centrales obreras que gremios del país como por ejemplo la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y la Asobancaria no están de acuerdo.
“Todo esto va en contra de la rentabilidad de las empresas. Además, hay que tener en cuenta que el Gobierno radicó una reforma tributaria. La propuesta es perfectamente descabellada en este momento”, sostuvo el dirigente gremial.
Y aunque la propuesta para darle un giro a la reforma laboral de 2002 está sobre la mesa, pero no ha sido presentada aún al Congreso de la República, el presidente de la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT), Luis Alejandro Pedraza, sostuvo que la iniciativa aún es “desconsiderada con la conquista laboral que los trabajadores tienen de las ocho horas de día ordinario. A partir de las 8 de la noche es tiempo extra en cualquier parte del mundo. Nosotros entendemos eso como una iniciativa para mantener, de todas maneras, la pérdida de un derecho que los trabajadores tenían”.
En contraste con la posición de los empresarios, Pedraza sostuvo que la generación de empleo no se verá afectada, ya que el derecho al pago de horas extras —consignado en el Código del Trabajo— no causó perjuicios durante los últimos 50 años.
“Esta propuesta es un impuesto a la creación de empleo. La reforma tributaria de 2012 tuvo un impacto impresionante en la generación de trabajo formal. Todo lo que sean horas extras va en contra y se está yendo hacia atrás lo que se había adelantado”, sostuvo un exdirectivo del Banco de la República que pidió no ser citado. Además, recordó que el país no puede darse ese lujo, ya que tiene la tasa de desempleo más alta de Latinoamérica pese a que esté en el terreno de un dígito.
“Retroceder en aspectos como la jornada laboral ordinaria o los recargos salariales, perjudicaría sin duda el proceso de modernización del mercado laboral en Colombia, afectando negativamente las posibilidades de avanzar con éxito en su inmersión a los mercados internacionales”, concluye un reciente informe de Fedesarrollo.