Cartagena_En 1991 el mundo cambió. La caída de la Unión Soviética, el desinfle del milagro japonés, el voto para conformar la Zona Euro y la tormenta del desierto y sus efectos sobre el balance en oriente medio, consolidaron a Estados Unidos como el centro de gravedad de la economía mundial.
Para entonces, en Colombia se empezaba a hablar de globalización, y en aquel año aterrizó la Ley 1A (Ley de Puertos) que tumbaba el muro del antiguo Colpuertos y abría paso a nuevas esperanzas a cargo del sector privado en los servicios portuarios. Aunque hasta ese momento, el país siempre fue víctima de fuerzas globales.
Sin embargo, en estas dos últimas décadas, fuimos capaces de empezar a marcar rumbo propio basado en la visión de posicionamiento y en la búsqueda de mejorar nuestra competitividad. La combinación de ventajas derivadas de nuestra ubicación geográfica respecto al canal de Panamá y la cercanía a Estados Unidos, dieron paso a que Cartagena, como puerto, empezara una carrera para convertirse en el centro de las oportunidades.
El puerto ha crecido en infraestructura, servicios y capacidades; no obstante, los servicios internos de conectividad terrestre nos alejan de poder aprovecharlo en su totalidad. Hoy a los colombianos nos cuesta más llegar de Montelibano (Córdoba, a 400 Km de la costa) al puerto de Cartagena, que de Cartagena al Lejano Oriente. Las causas van desde deficiente infraestructura vial, hasta una inadecuada estructura de servicios de transporte.
Por el lado aduanero aún continúan un tanto dispersos y estamos sometidos a una serie de procesos que desgastan a los operadores y hacen que el comercio exterior se vea afectado y no se logren altos niveles de efectividad.
A pesar de todos esos tropiezos, tenemos un panorama alentador y una apuesta por crecer a pasos agigantados. Cartagena pasó de 90,000 a 3 millones de contenedores en 20 años, y su desarrollo es hoy el referente de desempeño regional. Con inversiones que superaron el billón de dólares en los pasados 4 años, Cartagena como puerto integral consolidó su posicionamiento regional no solo en servicios a contenedores, sino ahora en servicios a cargas sueltas, líquidas y rodantes, y se prepara con fuerza para los cambios que traerá la apertura del nuevo canal de Panamá.
La entrada en servicio de Puerto Bahía, es un esfuerzo sin precedentes en la bahía de Cartagena, porque surge oportunamente para abrir nuevos espacios de capacidad y conectividad que hasta hoy se concentraban en cargas de contenedores. Con las capacidades en carga líquida y general multipropósito, entra a respaldar la esperanza nacional de crecer nuestra capacidad exportadora, al tiempo que se abren servicios que apuntan a consolidar un nuevo hub regional. Para Cartagena y el país en general, con su entrada en operaciones prevista para finales de año, se estimulará el mercado y contribuirá al acceso a nuevas oportunidades.
Los colombianos pueden contar con la pujanza de la Cartagena portuaria, pero sin duda la política de Estado orientada hacia la competitividad de nuestro comercio deberá estar al frente en nuestra lista de prioridades.
Juan Pablo Cepeda