Los candidatos que asisten a los debates valoran en su justa medida el derecho ciudadano a conocer el alcance de sus programas electorales. Si no dar la cara da votos, mala democracia tenemos.
De los compromisos asumidos con nuestras audiencias para la información electoral y la consolidación de una cultura política que permita elegir bien, fue particularmente interesante la realización de los foros con candidatos por Antioquia al Congreso, y el efectuado ayer con aspirantes a la Presidencia de la República.
Para el de ayer, organizado con el apoyo de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, y la participación de Transparencia por Colombia y la Maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana, fueron invitados con suficiente anticipación los candidatos inscritos oficialmente por los cinco partidos o movimientos en contienda por la Presidencia.
Asistieron, finalmente, la candidata del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, y el aspirante por el Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga. Los otros tres (Clara López Obregón,Enrique Peñalosa y Juan Manuel Santos ), se excusaron "por razones de agenda".
Asistir o no asistir a foros y debates presidenciales es una forma de transmitir mensajes a los votantes. No asistir a ninguno (como ha sido decisión del candidato-presidente Santos) es una estrategia política que ya había aplicado también, en 2006, el entonces candidato-presidente a la reelección, Álvaro Uribe. En ese entonces, las encuestas (ratificadas en las urnas) lo mostraban con sobrada ventaja sobre sus opositores. Ahora el panorama para el aspirante reeleccionista no es, en modo alguno, igual de holgado.
Habría sido una gran oportunidad para los candidatos que no asistieron trasladar sus mensajes a Antioquia y así, clarificar propuestas hasta el momento gaseosas, cuando no francamente confusas. Si consideran que el silencio los crece en intención de voto, no confían en sus aptitudes.
Las audiencias que siguieron el foro a través de nuestra página Web y de la emisora de la Cámara de Comercio pudieron apreciar dos candidatos, Ramírez y Zuluaga, a los que se les nota preparación, estudio y conocimiento de las realidades del país.
El registro del evento queda disponible en nuestra página Web, y en el completo informe que publicamos hoy. No son muy grandes las diferencias entre los dos candidatos. Ambos son conscientes de la importancia de la educación como política de Estado, e incluso ofrecen programas similares de becas y capacitación de docentes para mejorar los lamentables resultados de la calidad educativa del país.
La candidata conservadora tiene un discurso claro y duro frente a la corrupción de los partidos políticos, a quienes exigirá responsabilidades por los actos de sus representantes. A lo mejor por eso varios dignatarios de su propio partido prefieren resguardarse bajo otro paraguas.
Zuluaga no tiene muy definidos ciertos puntos sobre la reforma a la justicia, aunque tiene claridad sobre la jurisdicción aplicable en Colombia de la Corte Penal Internacional. También, sobre el origen de los problemas del actual sistema de salud y sus mecanismos de resolución.
Un mensaje inequívoco y rotundo de ambos candidatos: no a la impunidad por crímenes de guerra y de lesa humanidad, no a una paz sin justicia. Ramírez dice no a la reelección, y Zuluaga la aprueba como premio a una buena gestión, no solo en la Presidencia.
La voz de los cinco candidatos habría sido deseable en estos y otros temas, pero se valora mejor a quienes les dan la cara a los ciudadanos y explican sus propuestas.