El Ministerio y la Superintendencia de este sector expidieron normativas, de cara al combate de este flagelo. Además, se creará un comité sectorial de auditorías internas.
El Ministerio de Transporte y la Superintendencia de Puertos y Transporte comenzaron una cruzada contra la corrupción interna y externa en dicho sector.
Así lo dejan entrever dos reglamentaciones (una de cada entidad), en las que se adoptan políticas internas de auditorías y supervisiones, con el fin de atacar dicho flagelo, tanto para los actos administrativos internos como para las decisiones que cada una tiene bajo su batuta.
En el caso del Ministerio, el jefe de dicha cartera, Germán Cardona, firmó hace unos días la Resolución 0362 del 2018, en la cual –primero– se crea el comité sectorial de auditoría, conformado por delegados del Instituto Nacional de Vías (Invías), la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), la Aeronáutica Civil (Aerocivil), la Supertransporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Entre otras cosas, dicho comité tendrá a su cargo la verificación de los indicadores y avances de los compromisos de cada una de las entidades que conforman el sector transporte, además de acompañar las auditorías internas de cada una de estas. El panel de expertos sesionará por lo menos dos veces al año.
Por su parte, el superintendente de Puertos y Transporte, Javier Jaramillo, firmó la Resolución 3350 del 2018, en la cual se dictas normas de supervisión. En concreto, el organismo de vigilancia adopta una política de formalización del sector y al cumplimiento de la normativa que la regula. Esto lo hará a través de una política de supervisión por riesgos que cuenta con siete pilares.
Se trata de la supervisión de cristal, las gestiones de procesos y técnica, las supervisiones de riesgos, aquella soportada en sistemas de información, la preventiva y, finalmente, la correctiva.
Asimismo, esa superintendencia se compromete a desarrollar un plan general de supervisión, que deberá ir alineado con el Plan Nacional de Desarrollo, pero también tendrá otra línea de acción, que hará con el Centro de Monitoreo a las Actividades de Transporte (Cemat), que será la herramienta clave para la adopción de políticas públicas a futuro.