No llorar sobre la leche derramada

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El dato del PIB de 2017 que se conocerá esta semana será el peor en varios años, pues Colombia nunca había crecido por debajo de 2% desde 2009.

No podemos desconocer que mientras la unidad de medida de una economía sea el Producto Interno Bruto, hay que acatarlo, analizarlo y sacar conclusiones. Y planteamos el tema porque esta semana se conocerá el dato del PIB del año pasado, que a la luz de los expertos que hacen pronósticos, estará muy por debajo de 2%; y si eso sucede será el peor dato desde la crisis económica global de 2008, pues el año siguiente a la catástrofe de las hipotecas, Colombia solo creció 1,7%.

No tiene sentido irse más allá de una década para hacer las respectivas comparaciones de cara a los compromisos económicos que deben adquirir los candidatos a la Presidencia de la República. Hace 10 años, en 2008, la economía creció 3,5% apoyada en la minería y el petróleo que aportaron 7,3%. Se vivía de lleno el boom petrolero que los chavistas de Venezuela aprovecharon para ayudar a sus revoluciones cercanas en Bolivia, Nicaragua y Cuba, mientras que Rafael Correa reconstruyó Ecuador dotando al país de autopistas, túneles, puentes y hasta línea de metro para Quito. Caso contrario a lo que sucedió en Colombia que ese dinero abundante de las minas y el petróleo de los comienzos de la segunda década del siglo XXI se fue en buena parte en corrupción política y malas inversiones de las llamadas regalías.

El crecimiento más alto en ese lapso se dio en 2011 cuando el PIB llegó hasta 6,6%, uno de los más altos de la región y un récord en la historia reciente. Todo apalancado en el precio del petróleo y el boom minero que experimentó el país por esos años. Pero queda la amargura que no hay nada trascendental de esos años, excepto los millonarios subsidios, ya difíciles de desmontar. Del 2011 para acá todo fue en caída en términos de PIB, hasta llegar al dato del año pasado que sorprendería si fuera de 2%, pues todo apunta a que solo bordeará 16% a los ojos de los expertos. Un crecimiento mediocre si nos atenemos al mito de los economistas quienes argumentan que se debe crecer a tasas superiores a 5% por un lustro para poder bajar el desempleo dos puntos y dejarlo en 8% o 9%, uno de los mayores retos laborales de una Colombia con más de 23 millones de personas entre la población económicamente activa.

En 2016 el PIB fue de 2% y el sector que lideró esta cifra fue el agropecuario que alcanzó 7,1%. Las minas, el petróleo, la construcción y los llamados servicios financieros de buen comportamiento durante años anteriores han pedido su dinámica. El caso de las minas y el petróleo ha tenido suficiente ilustración, pero la construcción se ha parado y son pocas las razones que se dan para tal situación, porque las tasas han ido bajando, pero no hay mayores incentivos para los inversionistas.

Los candidatos presidenciales deben afinar sus propuestas para reactivar la economía y dejar que no caiga en una recesión, un escenario que es probable si los precios del petróleo llegan a retroceder nuevamente. No se puede dejar pasar que las últimas semanas el barril se estancó en US$63 encendiendo las luces de preocupación. Este año, que ya alcanza su primer par de meses, debe registrar un crecimiento por encima de 3,5%, tal como lo ha pronosticado la banca multilateral, todo soportado en el crudo, pero debe haber claramente una política en función de la recuperación de la construcción y la industria.

Fuente: 
La República

Circulares

Circular No.
031 – 2022

Indicadores económicos

Petróleo
US$82,57
Dólar
$3.943
Euro
$4.175
DTF
10,55 %
UVR
367,88